ÍNDICE VIRUS:
La transmisión de virus en espacios interiores es compleja y diversa, que puede cambiar significativamente en función del tipo de virus. Hay varios parámetros clave de un espacio interior, como la temperatura interior, la humedad relativa, la eficacia de la ventilación a través de conocer la concentración de CO₂ o las partículas en suspensión presentes en el aire interior.
En nuestro rango de confort de 20-25°C y 40-60% de humedad relativa el virus es muy estable. Hay estudios que afirman que una baja humedad relativa (por debajo del 40%) favorece su propagación por el aire y disminuye la resistencia de nuestro sistema inmunitario, de modo que mantener un ambiente bien humidificado siempre reducirá las consecuencias de un posible contagio.
TEMPERATURA:
La tasa de infección de virus se reduce significativamente a temperatura ambiente (20ºC), en comparación con temperaturas más frías, a las que los virus tienen mayor persistencia. Por otro lado, a altas temperaturas, los virus se desestabilizan y generalmente se reduce su capacidad de contagio. Las altas temperaturas pueden reducir la actividad de los virus, en algunos casos hasta inactivarla, mientras que las bajas podrían prolongar su actividad. Además, a bajas temperaturas se reduce la eficiencia de nuestras defensas innatas en las vías respiratorias. Cuando la temperatura corporal baja mucho, las defensas del cuerpo se debilitan y se es más propenso a coger infecciones víricas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las altas temperaturas estivales no desactivan completamente la actividad de un virus no estacional (como SARS-CoV-2), motivo por el cual se detecta igualmente incidencia de virus en sitios cálidos.
HUMEDAD RELATIVA:
La humedad relativa afecta a la persistencia de los bioaerosoles y a la capacidad de protección de nuestras mucosas.
En entornos con menos del 40% de humedad relativa, las gotas de agua en el aire por tos o estornudos pierden su humedad con facilidad, lo que permite su persistencia en el aire durante periodos de tiempo más largos. Una humedad relativa entre el 40% y el 60% es ideal desde el punto de vista del confort termohigrométrico, aunque en términos de inactivación de virus el 50% es más idónea, situación en la que los virus presentan menor actividad. Con humedad relativa significativamente baja (<40%) se resecan las mucosas de las vías respiratorias reduciendo su capacidad de protección frente a la entrada de agentes patógenos en el organismo.
A humedad relativas altas, aumenta la proporción de gérmenes patógenos en el aire y existe una mayor probabilidad de proliferación de mohos, con mayor riesgo de desarrollar enfermedades fúngicas y reacciones alérgicas por contacto con esporas y mohos, especialmente en sistemas inmunológicos debilitados.
CO₂
La ventilación es la estrategia clave para reducir la concentración de contaminantes en el aire interior, sean compuestos químicos o agentes biológicos como virus. El CO₂, dióxido de carbono es el indicador clave de la eficacia del sistema de ventilación y renovación de aire. En espacios interiores cerrados y ocupados la concentración aumenta rápidamente por el CO₂ emitido en la exhalación. Niveles de CO₂ altos, indican un espacio con una ventilación deficitaria.
Igualmente, exposición a niveles de CO₂ altos (>1500 ppm) de forma prolongada, puede causar fatiga, dolores de cabeza y reducción de la capacidad de atención y concentración. Los valores de emisión de CO₂ de una persona varían en función de factores, como la edad, el sexo, o actividad metabólica.
“El CO₂ no se degrada con el tiempo, mientras que un virus en aire sí, por lo que las concentraciones de virus en aire decrecerán más rápidamente que las de CO₂. La diferencia depende de varios factores ambientales, tales como radiación UV o temperatura”.
Fuente: https://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Ministerio/FICHEROS/guia_para_ventilacion_en_aulas_csic.pdf
PM2.5
PM – Particulate Matter o partículas en suspensión es una mezcla compleja de sustancias de distinta composición química y de diversa naturaleza que permanecen en suspensión en el aire interior. Los virus son contaminantes biológicos que permanecen en el aire de espacios interiores, al margen de por contacto cercano con personas infectadas, también debido por aerosoles transportables (transmisión de virus por vía aérea). Los aerosoles son los vehículos a los cuales se adhieren los virus y que les permiten permanecer en suspensión durante más tiempo, para ser inhaladas por otras personas.
La transmisión y la virulencia de los virus también depende del tamaño y de la concentración de los aerosoles respirados. Con respiración nasal típica los aerosoles se pueden depositar de manera continua en el sistema respiratorio. Y en particular, los aerosoles pequeños (los menores de 2.5 μm, – PM2.5) penetran profundamente en el trayecto respiratorio y tienen la capacidad de permanecer más tiempo en suspensión que partículas de más tamaño (PM10), que se depositan por gravedad en superficies con mayor facilidad.
Mantener bajos los niveles de PM2.5 ayuda a minimizar la probabilidad de propagación de un virus en un espacio interior.
http://tinyurl.com/faqs-aerosol
https://gesinor.com/wp-content/uploads/2021/01/asi-contagia-el-coronavirus-en-el-aire4.pdf
https://ccdd.hsph.harvard.edu/covid-19-research/